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sábado, 26 de noviembre de 2016

TERMAS DE CARACALLA, Roma.

Las termas de Caracalla, o termas Antoninas, fueron unos baños públicos de la Roma imperial. Se construyeron entre 212 y 217 d.C., bajo el gobierno del Emperador Caracalla. Se inauguraron con el nombre de Termas Antoninas. Actualmente, las extensas ruinas de estas termas son una atracción turística importante. Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás riquezas desde fecha temprana, se conservan aún grandes fragmentos de mosaicos, algunos de ellos correspondientes a la planta superior del edificio, que se desplomó.

UBICACIÓN DE LAS TERMAS.
Varias de las gigantescas bañeras de mármol, esculpidas en un solo bloque, se trasladaron al centro de Roma para usarlas como fuentes. Su escultura más famosa, el grupo llamado Toto Farnesio, se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles. Actualmente, los restos del complejo se encuentran entre la Viale Aventino (avenida Aventino), y la Viale delle Terme di Caracalla(avenida de las Termas de Caracalla).

PLANTA Y PRINCIPALES ESTANCIAS DE LAS TERMAS.
El edificio fue destruido por un terremoto en 847, aunque ya desde 537 no se usaba porque los canales de agua resultaron destruidos en una guerra.
Las Termas de Caracalla se convirtieron en el complejo de baños más lujoso de toda Roma, y su tamaño sólo fue superado por las Termas de Diocleciano. Sin embargo, sus restos arqueológicos son los más grandes conservados en la actualidad.

RECREACIÓN DE LAS TERMAS.

Los edificios fueron construidos en un periodo de cinco años aproximadamente, lo que supone un logro de la ingeniería romana, considerando la enormidad del complejo. Las termas contaban con un gran recinto, de más de 400 metros de anchura entre los ábsides, y una estructura central en donde se encontraban las termas propiamente dichas. A su alrededor había un amplio jardín. Para el suministro de agua, se desvió hacia los baños un ramal del acueducto Aqua Marcia para abastecerlo, que recibió el nombre de Aqua Antoniniana Iovia.



Parte Norte y Sur

En el siglo III a. C., en la zona en que serían edificadas después las termas, había un amplio estanque conocido como Piscina Pública. Cuando en el siglo III d. C. los baños se terminaron y se inauguraron, reemplazaron la antigua piscina.

VISTA DE LA PISCINA.









RECREACIÓN.












En la parte Norte había un pórtico, precedido por una serie de locales en dos niveles, en los cuales, probablemente, se ubicaban varias tiendas. El pórtico y las habitaciones servían como soporte estructural de la Colina de Celio. En el lado Sur se encontraba el medio estadio, con gradas para los espectadores, que servían para ocultar las grandes cisternas que había detrás de ellas. Estas cisternas podían contener un total de 80.000 metros cúbicos de agua. Situadas simétricamente, había dos grandes estancias más, que seguramente sirvieron como bibliotecas.

GRADAS Y MEDIO ESTADIO.
Parte Este y Oeste

En los lados Este y Oeste se construyeron dos grandes exedras laterales y simétricas. En el espacio central había un ábside precedido por una columnata, con pequeños locales a cada lado, uno de las cuales tenía forma octogonal y estaba cubierto por una cúpula.



Área central del complejo


Las habitaciones de las termas se diseñaron simétricamente en torno al eje central de los baños, siguiendo el modelo habitual de la Roma imperial. A ambos lados había dos entradas que llevaban a los vestuarios o apodyteria, con un corredor central que conducía a dos habitaciones a cada lado con bóvedas de cañón. Al igual que el resto del complejo, el suelo estaba decorado con mosaicos. 

ZONA DE LA BÓVEDA DE CAÑÓN.
Desde los vestuarios se podía acceder a la palestra (gimnasio), para practicar ejercicios físicos, a cubierto o al aire libre. Los usuarios hacían ejercicios gimnásticos o practicaban la lucha cuerpo a cuerpo, y mano a mano. La zona era un amplio patio sin cubierta, rodeado en tres lados por pórticos, con techo abovedado y suelos de mosaico de espiga. En el otro lado había un amplio semicírculo. Los mosaicos del suelo, del que han sobrevivido grandes fragmentos, en su momento fueron excepcionalmente bellos y de vívidos colores. Al finalizar los ejercicios físicos, los romanos podían dirigirse a las termas, usadas conjuntamente por ambos sexos.



El caldarium tenía una enorme sala circular cubierta por una cúpula, de la que se conservan varios pilares de sujeción. La habitación fue diseñada y situada dentro del complejo para recibir la luz del sol a lo largo del día mediante unas grandes ventanas. Sus paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota. Desde el caldarium se pasaba al tepidarium, en donde originalmente se encontraban dos grandes bañeras a ambos lados. En el centro del edificio estaba ubicada la basílica, cubierta por tres grandes bóvedas de crucería, soportadas por unos imponentes pilares. La natatio era la última estancia a la que se podía acceder. Se trataba de una gran piscina descubierta; hoy sería considerada como una piscina olímpica, que tenía uno de sus muros frente al de la fachada exterior, decorada de nichos con estatuas.



Decoración

Tan importante como el diseño fue la decoración. Además de los ricos y vívidos mosaicos del suelo, los baños fueron decorados con valiosas obras de arte, como por ejemplo el Hércules Farnesio o el Toro Farnesio, ambos ahora en el Museo Arqueológico de Nápoles. Los mosaicos no tenían siempre el mismo diseño, en algunas áreas representaban escenas, y en otras había suelos con motivos geométricos.

ARQUEÓLOGOS RESTAURANDO LOS MOSAICOS
















Los hornos


Las Termas de Caracalla eran un gran complejo de baños de agua caliente. El problema del abastecimiento fue fácilmente resuelto, pero calentar el agua fue un problema más complejo. La solución consistió en un horno interior y otro exterior, en el cual se encontrarían los esclavos avivando las llamas. En función de la habitación a la que estuviera destinada, las aguas se calentaban a una temperatura o a otra. Para mejorar la difusión del calor, se construyó el sistema del hipocausto, bastante práctico y eficaz.

DIBUJO RECREANDO EL FUNCIONAMIENTO DE LA CALEFACCIÓN EN LAS TERMAS.


Mitreo de las Termas de Caracalla


Se trata de un lugar sumamente importante porque en la sala, que mide 25 metros de largo por 10 metros de ancho, se encuentra una "Fossa Sanguinis", es decir, la Fosa del Sacrificio, en la que se realizaba el sacrificio del toro en honor a Mitra.
La sangre del toro servía para bautizar a nuevos adeptos en una ceremonia que debía desarrollarse en tinieblas alrededor del pozo.
Esta fosa es la única que se conserva de todos los templos de Roma, dedicados a Mitra.
Mitra era un joven que nació en una gruta el 25 de diciembre, que se sacrificó por el bien, murió para resurgir y hacer llegar el bien a todos los hombres.



La obra de restauración consistió en asegurar y proteger a esta fosa, limpiar toda la sala y un fresco que representa al dios.
Esta imagen se encuentra en pésimo estado, ya que fue borrada en la antigüedad, probablemente debido al triunfo del culto cristiano, que competía con el culto a Mitra.
Durante los trabajos de restauración también se mejoró la iluminación del Mitreo con el fin de evidenciar los espacios.

El Mitreo fue encontrado en 1912 en las famosas Termas de Caracalla, en la primera parte de largos y misteriosos subterráneos. Estas termas eran una especie de spa para los antiguos romanos, puesto que había saunas, gimnasios, bibliotecas, un lugar para comer y otro para hacer masajes.




1 comentario:

  1. Hugo, enhorabuena por este bloc!
    Cada vez que lo veo y leo un artículo me doy cuenta de por qué me apasiona tanto La Historia y el Arte.

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